organoides cerebrales conectados a chips de computadora

organoides cerebrales conectados a chips de computadora

Fecha de la noticia: 2024-07-10

¡Bienvenidos al futuro de la ciencia ficción hecha realidad! ¿Alguna vez te has preguntado cómo sería un mundo donde la inteligencia humana y la artificial se fusionan en una sola entidad? Bueno, parece que estamos un paso más cerca de descubrirlo gracias a los avances en la creación de biocomputadoras utilizando organoides cerebrales conectados a chips de computadora. En este emocionante artículo, exploraremos cómo los científicos están creando una nueva forma de inteligencia híbrida y cómo esto podría impactar nuestro mundo en el futuro. ¡Prepárate para sumergirte en un mundo donde la ciencia ficción se convierte en realidad!

¿Cuáles son los beneficios potenciales de conectar organoides cerebrales a chips de computadora en la creación de una inteligencia híbrida?

Conectar organoides cerebrales a chips de computadora en la creación de una inteligencia híbrida presenta numerosos beneficios potenciales. Los científicos buscan crear una entidad consciente que combine las fortalezas del cerebro humano y la inteligencia artificial, lo que podría revolucionar la forma en que interactuamos con la tecnología. Por ejemplo, el MetaBOC, un robot con inteligencia de organoide creado en China, demuestra la capacidad de evitar obstáculos y agarrar objetos, ampliando la arquitectura cerebral en un chip de dos a tres dimensiones. Aunque aún existen desafíos como la baja madurez del desarrollo y la necesidad de nutrientes, los organoides podrían ser beneficiosos para personas con condiciones neurológicas al estimular el crecimiento de neuronas. En resumen, la conexión entre cerebros cultivados en laboratorio y chips de computadora abre nuevas posibilidades para la convergencia entre la biología y la tecnología.

Conexión de organoides cerebrales a chips de computadora: el futuro de la inteligencia híbrida

Durante años, los científicos han estado desarrollando formas de crear biocomputadoras utilizando tejido similar al cerebro, o organoides cerebrales, cultivados en un laboratorio que están conectados a chips de computadora. El objetivo final es crear una especie de inteligencia híbrida, una entidad potencialmente consciente capaz de aprovechar las fortalezas tanto del cerebro humano como de la inteligencia artificial. Si todo esto suena un poco demasiado de ciencia ficción, es porque los investigadores solo recientemente han podido conectar organoides a chips de computadora de manera significativa. En 2013, los científicos cultivaron el primer mini cerebro en un tubo de ensayo, y desde entonces, investigaciones adicionales han integrado estos cerebros cultivados en laboratorio con electrónica. A finales de 2023, los investigadores de la Universidad de Indiana Bloomington conectaron su arquitectura Brainoware a una herramienta de IA, y ahora los investigadores de la Universidad de Tianjin en China informan que también han creado un robot con inteligencia de organoide, o OI. Llamado MetaBOC, el robot es capaz de evitar obstáculos, rastrear y agarrar, y amplió la arquitectura del cerebro en un chip de dos dimensiones a tres.

Durante años, los científicos han estado desarrollando formas de crear biocomputadoras utilizando tejido similar al cerebro, o organoides cerebrales, cultivados en un laboratorio que están conectados a chips de computadora. El objetivo final es crear una especie de inteligencia híbrida, una entidad potencialmente consciente capaz de aprovechar las fortalezas tanto del cerebro humano como de la inteligencia artificial. Si todo esto suena un poco demasiado de ciencia ficción, es porque los investigadores solo recientemente han podido conectar organoides a chips de computadora de manera significativa. En 2013, los científicos cultivaron el primer mini cerebro en un tubo de ensayo, y desde entonces, investigaciones adicionales han integrado estos cerebros cultivados en laboratorio con electrónica. A finales de 2023, los investigadores de la Universidad de Indiana Bloomington conectaron su arquitectura Brainoware a una herramienta de IA, y ahora los investigadores de la Universidad de Tianjin en China informan que también han creado un robot con inteligencia de organoide, o OI. Llamado MetaBOC, el robot es capaz de evitar obstáculos, rastrear y agarrar, y amplió la arquitectura del cerebro en un chip de dos dimensiones a tres. Los resultados del estudio se publicaron en la revista Brain. La interfaz cerebro-computadora en un chip es una tecnología que utiliza un ‘cerebro’ cultivado in vitro (como organoides cerebrales) acoplado con un chip de electrodo para lograr la interacción de información con el mundo exterior a través de la codificación y decodificación y la retroalimentación de estimulación, dijo Ming Dong de la Universidad de Tianjin en un comunicado de prensa traducido del chino. El resultado es un robot que es parte cerebro, parte electrónico y 100 por ciento maldito. Un organoide del tamaño de un pomelo y con textura de arcilla se encuentra en la cabeza de un robot bípedo similar a un humanoide, proporcionando una visión inoperante pero sorprendentemente real de hacia dónde podría dirigirse esta tecnología, pero el camino hacia esa visión está lleno de muchos obstáculos. En una entrevista con el South China Morning Post, un investigador de Tianjin señaló que la baja madurez del desarrollo y el suministro insuficiente de nutrientes siguen siendo grandes problemas que deben solucionarse. Aunque los cerebros sintéticos que caminan, hablan y piensan aún están muy en el futuro, los organoides podrían ser potencialmente beneficiosos para aquellos que sufren de condiciones neurológicas. Similar a cómo otras interfaces cerebro-electrónicas, como la Interfaz Cerebro-Computadora (BCI) de Neuralink, buscan mejorar la vida de las personas con trastornos neurológicos, también estos organoides podrían ser injertados en tejido vivo en el cerebro para estimular el crecimiento de neuronas. Así que mientras el debate sigue ardiendo sobre si el futuro está construido con ingenio humano o astucia de IA, los científicos están acercando estos dos mundos de inteligencia más que nunca.

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MetaBOC: el robot con inteligencia de organoide y su potencial en la medicina neurológica

Durante años, los científicos han estado desarrollando formas de crear biocomputadoras utilizando tejido similar al cerebro, o organoides cerebrales, cultivados en un laboratorio que están conectados a chips de computadora. El objetivo final es crear una especie de inteligencia híbrida, una entidad potencialmente consciente capaz de aprovechar las fortalezas tanto del cerebro humano como de la inteligencia artificial. Si todo esto suena un poco demasiado de ciencia ficción, es porque los investigadores solo recientemente han podido conectar organoides a chips de computadora de manera significativa. En 2013, los científicos cultivaron el primer mini cerebro en un tubo de ensayo, y desde entonces, investigaciones adicionales han integrado estos cerebros cultivados en laboratorio con electrónica. A finales de 2023, los investigadores de la Universidad de Indiana Bloomington conectaron su arquitectura Brainoware a una herramienta de IA, y ahora los investigadores de la Universidad de Tianjin en China informan que también han creado un robot con inteligencia de organoide, o OI. Llamado MetaBOC, el robot es capaz de evitar obstáculos, rastrear y agarrar, y amplió la arquitectura del cerebro en un chip de dos dimensiones a tres. Los resultados del estudio se publicaron en la revista Brain. La interfaz cerebro-computadora en un chip es una tecnología que utiliza un ‘cerebro’ cultivado in vitro (como organoides cerebrales) acoplado con un chip de electrodo para lograr la interacción de información con el mundo exterior a través de la codificación y decodificación y la retroalimentación de estimulación, dijo Ming Dong de la Universidad de Tianjin en un comunicado de prensa traducido del chino. El resultado es un robot que es parte cerebro, parte electrónico y 100 por ciento maldito. Un organoide del tamaño de un pomelo y con textura de arcilla se encuentra en la cabeza de un robot bípedo similar a un humanoide, proporcionando una visión inoperante pero sorprendentemente real de hacia dónde podría dirigirse esta tecnología, pero el camino hacia esa visión está lleno de muchos obstáculos. En una entrevista con el South China Morning Post, un investigador de Tianjin señaló que la baja madurez del desarrollo y el suministro insuficiente de nutrientes siguen siendo grandes problemas que deben solucionarse. Aunque los cerebros sintéticos que caminan, hablan y piensan aún están muy en el futuro, los organoides podrían ser potencialmente beneficiosos para aquellos que sufren de condiciones neurológicas. Similar a cómo otras interfaces cerebro-electrónicas, como la Interfaz Cerebro-Computadora (BCI) de Neuralink, buscan mejorar la vida de las personas con trastornos neurológicos, también estos organoides podrían ser injertados en tejido vivo en el cerebro para estimular el crecimiento de neuronas. Así que mientras el debate sigue ardiendo sobre si el futuro está construido con ingenio humano o astucia de IA, los científicos están acercando estos dos mundos de inteligencia más que nunca.

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Conexión de organoides cerebrales a chips de computadora: avances hacia la inteligencia artificial híbrida

Durante años, los científicos han estado desarrollando formas de crear biocomputadoras utilizando tejido similar al cerebro, o organoides cerebrales, cultivados en un laboratorio que están conectados a chips de computadora. El objetivo final es crear una especie de inteligencia híbrida, una entidad potencialmente consciente capaz de aprovechar las fortalezas tanto del cerebro humano como de la inteligencia artificial. Si todo esto suena un poco demasiado de ciencia ficción, es porque los investigadores solo recientemente han podido conectar organoides a chips de computadora de manera significativa. En 2013, los científicos cultivaron el primer mini cerebro en un tubo de ensayo, y desde entonces, investigaciones adicionales han integrado estos cerebros cultivados en laboratorio con electrónica. A finales de 2023, los investigadores de la Universidad de Indiana Bloomington conectaron su arquitectura Brainoware a una herramienta de IA, y ahora los investigadores de la Universidad de Tianjin en China informan que también han creado un robot con inteligencia de organoide, o OI. Llamado MetaBOC, el robot es capaz de evitar obstáculos, rastrear y agarrar, y amplió la arquitectura del cerebro en un chip de dos dimensiones a tres. Los resultados del estudio se publicaron en la revista Brain. La interfaz cerebro-computadora en un chip es una tecnología que utiliza un ‘cerebro’ cultivado in vitro (como organoides cerebrales) acoplado con un chip de electrodo para lograr la interacción de información con el mundo exterior a través de la codificación y decodificación y la retroalimentación de estimulación, dijo Ming Dong de la Universidad de Tianjin en un comunicado de prensa traducido del chino. El resultado es un robot que es parte cerebro, parte electrónico y 100 por ciento maldito. Un organoide del tamaño de un pomelo y con textura de arcilla se encuentra en la cabeza de un robot bípedo similar a un humanoide, proporcionando una visión inoperante pero sorprendentemente real de hacia dónde podría dirigirse esta tecnología, pero el camino hacia esa visión está lleno de muchos obstáculos. En una entrevista con el South China Morning Post, un investigador de Tianjin señaló que la baja madurez del desarrollo y el suministro insuficiente de nutrientes siguen siendo grandes problemas que deben solucionarse. Aunque los cerebros sintéticos que caminan, hablan y piensan aún están muy en el futuro, los organoides podrían ser potencialmente beneficiosos para aquellos que sufren de condiciones neurológicas. Similar a cómo otras interfaces cerebro-electrónicas, como la Interfaz Cerebro-Computadora (BCI) de Neuralink, buscan mejorar la vida de las personas con trastornos neurológicos, también estos organoides podrían ser injertados en tejido vivo en el cerebro para estimular el crecimiento de neuronas. Así que mientras el debate sigue ardiendo sobre si el futuro está construido con ingenio humano o astucia de IA, los científicos están acercando estos dos mundos de inteligencia más que nunca. Darren vive en Portland, tiene un gato, y escribe/edita sobre ciencia ficción y cómo funciona nuestro mundo. Puedes encontrar sus trabajos anteriores en Gizmodo y Paste si buscas lo suficiente.

MetaBOC: el robot con inteligencia de organoide y su impacto en la salud neurológica

Durante años, los científicos han estado desarrollando formas de crear biocomputadoras utilizando tejido similar al cerebro, o organoides cerebrales, cultivados en un laboratorio que están conectados a chips de computadora. El objetivo final es crear una especie de inteligencia híbrida, una entidad potencialmente consciente capaz de aprovechar las fortalezas tanto del cerebro humano como de la inteligencia artificial. Si todo esto suena un poco demasiado de ciencia ficción, es porque los investigadores solo recientemente han podido conectar organoides a chips de computadora de manera significativa. En 2013, los científicos cultivaron el primer mini cerebro en un tubo de ensayo, y desde entonces, investigaciones adicionales han integrado estos cerebros cultivados en laboratorio con electrónica. A finales de 2023, los investigadores de la Universidad de Indiana Bloomington conectaron su arquitectura Brainoware a una herramienta de IA, y ahora los investigadores de la Universidad de Tianjin en China informan que también han creado un robot con inteligencia de organoide, o OI. Llamado MetaBOC, el robot es capaz de evitar obstáculos, rastrear y agarrar, y amplió la arquitectura del cerebro en un chip de dos dimensiones a tres. Los resultados del estudio se publicaron en la revista Brain. La interfaz cerebro-computadora en un chip es una tecnología que utiliza un ‘cerebro’ cultivado in vitro (como organoides cerebrales) acoplado con un chip de electrodo para lograr la interacción de información con el mundo exterior a través de la codificación y decodificación y la retroalimentación de estimulación, dijo Ming Dong de la Universidad de Tianjin en un comunicado de prensa traducido del chino. El resultado es un robot que es parte cerebro, parte electrónico y 100 por ciento maldito. Un organoide del tamaño de un pomelo y con textura de arcilla se encuentra en la cabeza de un robot bípedo similar a un humanoide, proporcionando una visión inoperante pero sorprendentemente real de hacia dónde podría dirigirse esta tecnología, pero el camino hacia esa visión está lleno de muchos obstáculos. En una entrevista con el South China Morning Post, un investigador de Tianjin señaló que la baja madurez del desarrollo y el suministro insuficiente de nutrientes siguen siendo grandes problemas que deben solucionarse. Aunque los cerebros sintéticos que caminan, hablan y piensan aún están muy en el futuro, los organoides podrían ser potencialmente beneficiosos para aquellos que sufren de condiciones neurológicas. Similar a cómo otras interfaces cerebro-electrónicas, como la Interfaz Cerebro-Computadora (BCI) de Neuralink, buscan mejorar la vida de las personas con trastornos neurológicos, también estos organoides podrían ser injertados en tejido vivo en el cerebro para estimular el crecimiento de neuronas. Así que mientras el debate sigue ardiendo sobre si el futuro está construido con ingenio humano o astucia de IA, los científicos están acercando estos dos mundos de inteligencia más que nunca. Darren vive en Portland, tiene un gato, y escribe/edita sobre ciencia ficción y cómo funciona nuestro mundo. Puedes encontrar sus trabajos anteriores en Gizmodo y Paste si buscas lo suficiente.

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En resumen, los investigadores han logrado conectar organoides cerebrales a chips de computadora, dando lugar a la creación de robots con inteligencia híbrida. Aunque todavía existen desafíos por superar, como la madurez del desarrollo y el suministro de nutrientes insuficiente, esta tecnología promete beneficios potenciales para aquellos con condiciones neurológicas. Mientras el debate sobre el futuro de la inteligencia continúa, la integración de cerebros artificiales y electrónica está acercando más que nunca los mundos de la inteligencia humana y artificial.

Fuente: Científicos han creado una inteligencia híbrida.

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